lunes, 4 de enero de 2010

¿QUÉ ENTENDEMOS POR LIBERTAD'?

Nos parece que, para afirmar que la libertad no existe, debemos primero que nada definir qué entendemos por libertad.

Tal vez nos parezca exagerada, y realmente lo sea, la afirmación que algunos autores efectúan al sostener que, hay tantas definiciones de libertad como cantidad de seres humanos.

Pero es indudable, que, al nivel de la gente llana, encontraremos varias definiciones de libertad y que, algunas de ellas constituyen la antinomia de otras.

Los griegos, pioneros también en el arte de filosofar, manejaban la idea de la libertad humana en relación a tres órdenes:

- la libertad frente a la Naturaleza;

- la libertad frente a la comunidad humana, y,

- la libertad frente a la propia persona.

Nosotros estimamos conveniente dar, originalmente, una definición amplia del concepto de libertad, porque, precisamente, posteriormente nos veremos obligados a admitir el hecho de que la libertad es un concepto aplicable a varios ámbitos de la actividad humana: individual, social, ética, jurídica, nacional, internacional, política, económica, religiosa, comercial, pedagógica, residencial, ambulatoria, etcétera, etcétera, etcétera.

Entonces, en nuestra opinión y, a los efectos de que nos podamos comprender y reflexionar en colectivo, corresponde definir a la libertad como a la capacidad natural que posee todo ser humano en relación a la posibilidad libre y efectiva de poder elegir voluntariamente, con conocimiento de causa, con inteligencia para realizar valoraciones con relación a las consecuencias derivadas de la opción por la que se ha optado, y con dominio sobre nuestros elementos afectivos, a los efectos de poder discernir con racionalidad, entre el actuar y el no actuar, y entre el actuar de tal o cual manera.

De forma más sencilla y sintética, personalmente, entendemos que la libertad humana consiste en la capacidad de poder razonar y actuar con absoluta prescindencia de las influencias provenientes de cualesquiera de los factores externos a nuestro ser físico-psíquico-intelectual.

Más abreviadamente, la libertad consiste en la posesión y ejercicio de la capacidad de autodeterminar nuestra vida, de construir un destino personal, libremente seleccionado.

Ser libre no es el resultado de no ser esclavo porque, sólo son esclavos quienes han sido arbitrariamente privados de la posibilidad de disponer de sus capacidades y atributos con los que disponían, de la posibilidad de elaborar libremente su propio futuro, y también son esclavos, aquellos que, por comodidad o cobardía, han abdicado de la posibilidad de ser libres y/o de recuperar la libertad que les fuera arrebatada.

La libertad absoluta ha que tiende el ello (componente psíquico fundamental de nuestra personalidad) está limitada, incluso antes de haberlo sido por la necesidad de lograr una convivencia social pacífica, por la propia Naturaleza.

El ser humano inició precisamente la lucha por la libertad, en su intento de disminuir los efectos derivados del vivir en un mundo natural que le resultaba inhóspito. Tratar de evitar las inclemencias climáticas, lo llevó a cobijarse en cavernas, o a emigrar a zonas menos áridas.

Ahora bien, el ser humano racional, posee esa libertad que antes describimos, pero tal libertad no es ilimitada.

Para nosotros, entonces, el hombre carece de una libertad natural absoluta, en tanto que, mujer y/o varón, sigue siendo un elemento perteneciente al mundo de la Naturaleza, y ésta tiene sus propias leyes, de las cuales el hombre aún no ha podido liberarse.

La muestra más contundente de ello es la mortalidad de su cuerpo material.

Todo hombre que nace, invariablemente muere.

Lo que suceda con sus moléculas corporales, la transformación físico-química que comienza a experimentar inmediatamente de su deceso es algo que pertenece al campo de otras ciencias, y no al de la filosofía, la sociología o la historia.

Y, entre las leyes de la Naturaleza que afectan sin duda alguna y con bastante fuerza el comportamiento de todo ser humano, están los instintos naturales que aún viven en su interior físico, psíquico e intelectual.

En un próximo encuentro cibernético nos detendremos en los problemas que representan para una vida social en paz y armonía, la manifestación de los instintos que aún tratan de dominarnos.

Inocencio de los llanos de Rochsaltam.

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